Sabemos que el desempeño sexual no es solo cuestión de ganas, sino también de cómo cuidamos nuestro cuerpo. Lo que comemos y bebemos puede influir en nuestra energía, nuestra erección y nuestra resistencia. Algunas bebidas pueden ser aliadas en la cama, mientras que otras nos juegan en contra.
Si queremos un sexo potente, duradero y placentero, debemos prestar atención a lo que tomamos antes de meternos entre las sábanas. Aquí te contamos cuáles bebidas pueden afectar nuestro desempeño y cómo manejarlas a nuestro favor.
Alcohol: desinhibe, pero no siempre ayuda
El alcohol puede ser un arma de doble filo. Un par de tragos pueden relajarnos, hacernos sentir más atrevidos y eliminar inhibiciones. Pero si nos pasamos de copas, la erección y la sensibilidad pueden verse seriamente afectadas.
El alcohol es un depresor del sistema nervioso central, lo que significa que ralentiza las funciones del cuerpo, incluyendo la respuesta sexual. Puede dificultar la erección, reducir la sensibilidad y hasta hacer que el orgasmo se sienta menos intenso. El equilibrio es clave: disfruta de un par de tragos si te gusta, pero sin perder el control.
Cafeína: energía o ansiedad en la cama
El café, los refrescos y las bebidas energéticas contienen cafeína, un estimulante que puede darnos energía y mejorar la circulación sanguínea en dosis moderadas. Sin embargo, en exceso, puede generar ansiedad, insomnio y afectar la calidad de la erección.
Si somos de los que se ponen nerviosos con facilidad, tomar demasiada cafeína antes del sexo puede jugar en contra. En lugar de relajarnos y disfrutar, podríamos terminar tensos y con dificultad para concentrarnos en el placer.
Bebidas energéticas: ¿potenciadores o saboteadores?
Las bebidas energéticas prometen un boost de energía inmediato, pero su combinación de cafeína, azúcar y otros estimulantes puede ser una trampa. Nos pueden hacer sentir eufóricos al principio, pero también provocan un bajón de energía después.
Además, algunos estudios sugieren que su consumo frecuente puede estar relacionado con problemas de presión arterial y disfunción eréctil. Si buscamos energía extra para una noche intensa, es mejor optar por alternativas naturales como el té verde o el cacao puro.
Refrescos azucarados: dulces pero peligrosos
El exceso de azúcar en refrescos y bebidas procesadas puede afectar la circulación sanguínea y la producción de testosterona, lo que repercute directamente en la libido y la calidad de la erección.
Las dietas ricas en azúcar están vinculadas a problemas como la obesidad y la diabetes, ambas condiciones que pueden dificultar el flujo sanguíneo hacia el pene. Si queremos un rendimiento óptimo en la cama, mejor evitar el exceso de azúcar en nuestra alimentación diaria.
Bebidas deportivas: no siempre son necesarias
Las bebidas deportivas están diseñadas para rehidratar y reponer electrolitos, pero también contienen altas cantidades de azúcar y sodio, lo que en exceso puede afectar la presión arterial y la circulación.
Si hemos sudado mucho en el gimnasio o en el sexo, una bebida de este tipo puede ayudar a reponer minerales. Pero si las tomamos sin necesidad real, podríamos estar añadiendo azúcares innecesarios a nuestra dieta, con efectos negativos en el rendimiento sexual a largo plazo.
Jugo de arándano: saludable pero sin milagros
El jugo de arándano es excelente para la salud urinaria y está lleno de antioxidantes, pero no hay evidencia de que tenga un impacto directo en la función eréctil. Sin embargo, su consumo moderado puede contribuir a una mejor salud en general, lo que indirectamente nos beneficia en la cama.
Si queremos potenciar nuestra circulación y rendimiento sexual, hay opciones más efectivas como el jugo de remolacha o los batidos con cacao puro y maca.
Té verde: un aliado si lo tomamos con medida
El té verde es uno de los mejores aliados para la salud sexual gracias a sus antioxidantes, que mejoran la circulación y protegen el sistema cardiovascular. Y como sabemos, una buena circulación significa mejores erecciones.
Sin embargo, también contiene cafeína, por lo que en exceso podría generar ansiedad o dificultar la relajación. La clave está en encontrar el punto justo: una taza antes del sexo puede ser beneficiosa, pero varias podrían jugar en contra.
Bebamos con inteligencia, disfrutemos sin límites
El placer sexual no se trata solo de deseo, sino también de cómo preparamos nuestro cuerpo para la experiencia. Elegir bien lo que bebemos puede marcar la diferencia entre un sexo increíble o una noche de frustración.
Si queremos un desempeño sexual potente, apostemos por bebidas que nos hidraten, nos den energía sin exagerar y cuiden nuestra circulación. Todo con moderación y siempre disfrutando. Al final, lo más importante es sentirnos bien y entregarnos al placer sin preocupaciones.