.

Penes, Condones y Tallas

Rick Day

Todos tenemos un pene distinto. No solo en forma, en curva o en color, también en tamaño, y eso —aunque no determina el placer— sí influye al momento de usar condón. Usar la talla adecuada no es un asunto de ego ni de vanidad; es una cuestión de comodidad, salud y sobre todo de poder disfrutar sin interrupciones. Porque nada mata más el momento que un condón que aprieta demasiado, se rompe o se sale.

Primero, dejemos algo claro: el tamaño del pene no define si somos buenos en la cama. Ya lo sabemos. Lo que realmente importa es cómo usamos lo que tenemos, cómo nos entregamos al placer y cómo conectamos con el otro. Pero cuando hablamos de condones, sí o sí hay que saber nuestra talla, porque un mal ajuste puede arruinar una sesión que prometía terminar con gemidos y sudor.

No todos los penes son iguales, así que no todos los condones deben ser iguales. Algunas marcas ya se han puesto las pilas ofreciendo tallas más amplias —o más pequeñas— para que podamos elegir lo que realmente nos queda bien. Usar un condón que no es de tu talla puede cortar la circulación, dificultar la erección o hacer que se rompa justo cuando menos lo necesitamos.

¿Cómo saber nuestra talla? Muy fácil: se mide. Nos ponemos de pie, con el pene erecto, y usamos una cinta métrica. Colocamos la punta en el hueso púbico (donde empieza el pene) y la llevamos hasta la punta del glande. Eso nos da el largo. Luego medimos el grosor rodeando con la cinta la parte más ancha del pene, normalmente cerca de la base. Con esas dos medidas —largo y ancho— sabremos exactamente qué talla de condón nos conviene.

Estas son las medidas más comunes en el mercado:

  • XS: Largo de 8–16 cm, ancho de 5–10 cm.

  • S: Largo de 10–18 cm, ancho de 10–11 cm.

  • M: Largo de 13–19 cm, ancho de 11–11.5 cm.

  • L: Largo de 14–20 cm, ancho de 11.5–12 cm.

  • XL: Largo de 15–20 cm, ancho de 12–14 cm.

  • XXL: Más de 20 cm de largo y más de 14 cm de ancho.

Si tenemos un pene grande y usamos un condón promedio, lo vamos a sentir como un anillo de presión. A veces incluso impide que nos mantengamos duros. Y si hay fricción excesiva, el condón puede romperse. Por otro lado, si usamos una talla demasiado grande, podemos terminar con el condón perdido dentro de nuestro compañero. Y eso, además de incómodo, es riesgoso.

No se trata de impresionar, se trata de protegernos y disfrutar. Usar el condón que corresponde a nuestro tamaño es parte del autocuidado sexual, pero también es una forma de respeto hacia el otro. Porque cuando nos sentimos cómodos, seguros y relajados, nos entregamos por completo. Y ahí, en ese punto, es donde el sexo se vuelve realmente delicioso.

Así que midamos sin prejuicios, elijamos sin vergüenza y pongámonos el condón como parte del ritual del deseo. Un condón que calza perfecto no solo protege: acompaña, envuelve y potencia cada embestida. Porque cuando todo se siente bien, el cuerpo lo agradece… y el orgasmo también.

COMPARTE:

 
Copyright © Maskulinos. Designed by OddThemes