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Rick Day |
El placer
entre hombres no está reñido con la seguridad. Hoy más
que nunca, contamos con información y herramientas para disfrutar sin miedo,
explorando nuestra sexualidad de forma consciente y responsable. Hablar de VIH
sin alarmismo es fundamental: se transmite únicamente por contacto directo con
ciertos fluidos corporales infectados, como la sangre, el semen y los fluidos
anales. Por eso, conocer qué prácticas sexuales no transmiten el virus es una
forma de empoderarnos y seguir gozando sin culpa.
Hay muchas
formas de coger sin riesgo de VIH. Las prácticas sexuales como
el sexo oral con protección, el frote entre genitales, el uso compartido de
juguetes (con higiene) y la masturbación mutua, son alternativas excitantes y
seguras. Aunque estas prácticas pueden implicar otros riesgos menores de ITS,
no hay riesgo real de VIH si se hacen con precauciones básicas.
El sexo
oral sigue siendo uno de los mayores placeres del juego previo.
Aunque el riesgo de transmisión del VIH es muy bajo, el uso de condones o
barreras dentales reduce aún más la posibilidad de infección. Además, puede
hacer el encuentro más estimulante si jugamos con sabores, temperaturas o
texturas.
El
frotamiento genital entre cuerpos calientes y sudados es altamente erótico y
seguro. Nos permite sentir el cuerpo del otro, jugar con la
tensión, provocarnos sin llegar a la penetración. Usar lubricantes a base de
agua hace el momento más intenso y reduce el riesgo de irritaciones.
Jugar con
juguetes sexuales también es una forma excitante y controlada de placer.
Consoladores, plugs, vibradores o sleeves nos permiten experimentar nuevas
sensaciones sin necesidad de penetrar a otro hombre. Eso sí, la limpieza es
clave: hay que lavar los juguetes antes y después de usarlos, y si los
compartimos, mejor usar un condón sobre el juguete.
La
masturbación mutua es una práctica íntima, segura y llena de conexión.
Tocarnos frente a frente, mirar cómo el otro se da placer, sincronizar los
movimientos... no hay forma más directa de saber qué nos gusta. Y lo mejor:
cero riesgo de VIH si no hay intercambio de fluidos.
Cuidarnos
no significa frenar el deseo, sino potenciarlo. Cuando
estamos informados, podemos tomar decisiones conscientes que no le restan
intensidad al encuentro. Saber cómo protegernos nos da libertad, confianza y
seguridad en la cama.
El sexo
seguro no es sexo aburrido. Es sexo vivido con todos los
sentidos, con el cuerpo, con la mente y con el corazón puesto en el aquí y
ahora. Podemos seguir explorando, sintiendo, conectando con otros hombres, sin
miedo y con el placer como norte.