Rick Day |
El metrosexual es un hombre que se arregla y se cuida en físico y apariencia. Es un individuo que se 'gusta' a sí mismo y no tiene miedo en hacerlo saber o en manifestarlo.
Se tiende a asociar la metrosexualidad con la homosexualidad y los
primeros no se sienten ofendidos al ser tildados de gays, incluso lo toman como
un halago.
Los homosexuales se han convertido en el modelo del hombre perfecto. Buscan cultivar su cuerpo y mente; inteligentes, relajados y
sofisticados. El gay de la actualidad se convierte en una imagen que muchos
intentan alcanzar.
Cuando inadecuadamente se comienzan a mezclar ambos términos aparece la
molestia en uno de estos grupos: los homosexuales.
La cultura del gay que busca lucir saludable viene de muchos años atrás,
pero también lo hace por vanidad y deseo de atraer a otros hombres. Los
heterosexuales nunca se preocuparon por cómo lucían pero al ver que los gays se
robaban las miradas de sus mujeres entonces entraron en la competencia.
El hombre heterosexual ha incurrido en desastres que los hacen ver muy femeninos. Entonces los homosexuales se han visto en la
necesidad de nuevamente buscar alguna forma de diferenciarse de sus seguidores
heterosexuales, así se impone el gay masculino que toma elementos del otrora
macho heterosexual.
Con barba, cabello corto y vello corporal, recortado pero presente; el
nuevo homosexual trata de diferenciarse del metrosexual heterosexual y, estemos
claros, quién lo iba a creer hace algunos años.
Ahora podemos ver a hombres sumamente masculinos luciendo sus rudas
barbas, camisetas holgadas, pero aún dando un pequeño vistazo a la musculatura;
y actitud relajada paseando por las calles de las grandes ciudades de la mano
con otro varón de similar apariencia… y las mujeres siguen babeadas por ellos.