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Rick Day |
El sexo entre hombres puede ser intenso, apasionado y memorable… o puede convertirse en una experiencia frustrante si no sabemos cómo manejar la situación. Y aunque el rol pasivo puede ser fuente de placer absoluto, también es el más expuesto a ciertos errores que muchos activos cometen sin darse cuenta.
Si queremos que el encuentro sea placentero para ambos, es clave evitar estos errores que pueden apagar la pasión en segundos.
Higiene descuidada: nadie quiere una sorpresa desagradable
Vamos directo al punto: nadie quiere acercarse a un pene descuidado. No importa qué tan atractivo seas, si bajas la ropa interior y el panorama no es higiénico, el deseo se desploma en segundos. Recortar el vello, lavar bien el área y asegurarse de que el aroma sea fresco es lo mínimo esperado. El sexo es una experiencia sensorial, y el olfato juega un papel crucial.
Si queremos recibir placer, debemos asegurarnos de ser tan deseables como esperamos que sea nuestro compañero.
Oposición al preservativo: mala jugada
Excusas como "pierdo la erección", "no siento lo mismo" o "soy alérgico" son simplemente eso: excusas. El pasivo tiene derecho a sentirse seguro, y la negativa a usar condón envía el mensaje equivocado.
Si realmente la química es fuerte, hay muchas maneras de hacer que la sensación siga siendo increíble con protección. Respetar el cuidado mutuo demuestra madurez, deseo y responsabilidad.
Un activo pasivo: muévete, participa, disfruta
Si te identificas como activo, entonces actúa como tal. No hay nada peor que un hombre que se acuesta, se deja hacer todo y espera que el pasivo haga el resto. El sexo debe ser una dinámica de dos, no una sesión de placer egoísta.
El pasivo también quiere sentir que es deseado, que el activo está comprometido con el momento y que su cuerpo es parte del juego. Mueve las caderas, toca, besa, gime, demuestra que estás disfrutando tanto como él.
Preliminares: no son opcionales
Tener una erección no significa que ya estemos listos para la acción. Saltar el calentamiento y querer penetrar de inmediato es una de las peores experiencias para un pasivo. No solo es incómodo, sino que también demuestra falta de interés por el placer del otro.
Si él se esmera en darte placer con su boca, su lengua, sus manos, lo justo es que devuelvas el favor. Estimular su pene, explorar su ano con la lengua o los dedos y hacer que se sienta deseado es parte del juego. El sexo es un intercambio, no un monólogo.
Masturbarte mientras te hacen un oral: rompe el ritmo
Si él ya está dándolo todo en el sexo oral, ¿por qué sacar el pene de su boca y empezar a masturbarte? No solo es una distracción innecesaria, sino que rompe el ritmo y envía un mensaje extraño. Deja que haga su trabajo, disfruta y entrégate al momento.
Si quieres tomar el control, hazlo de manera sensual: guía su boca con suavidad, haz contacto visual, gime para motivarlo. Pero no interrumpas algo que está fluyendo.
No fuerces lo que no fluye
El sexo oral puede ser increíble, pero no todos los pasivos son expertos en garganta profunda. Si notas que no puede tomarlo todo, no presiones su cabeza contra tu pene. Forzar esa situación solo hará que el momento se vuelva incómodo o desagradable.
El buen sexo se trata de conectar, de disfrutar juntos y de respetar los límites. Cuando hay química, no hace falta imponer nada: todo fluye de manera natural.
El placer es de dos, el esfuerzo también
Ser pasivo no significa ser un receptor pasivo del deseo del otro. El mejor sexo es el que nos hace sentir deseados, conectados y sin inhibiciones. Para eso, es clave que ambos se involucren, que haya cuidado mutuo y que el placer sea compartido.
Si evitamos estos errores, garantizamos que el encuentro no solo sea ardiente, sino que deje ganas de repetirlo. Porque el mejor sexo es el que nos deja con una sonrisa en la cara y el cuerpo pidiendo más.