Rick Day |
A los hombres nos encanta el sexo. Seamos activos, pasivos o versátiles, da igual, ¡es rico! Pero hay posiciones un poco incómodas para todos, especialmente para los tops. Estas son particularmente las que detestan.
Parados: Sí, se ve rico pero es incómodo. El pasivo suele disfrutarlo mucho aunque el ángulo de la penetración hace que le roce el punto G al máximo y no todos lo aguantan. Para el activo es complicado hacer movimientos de empuje.
Misionero: Para el pasivo representa mantener la pelvis hacia adentro y que así el activo lo pueda penetrar. Para el activo es presionar más para llegar a penetrar. Lo cierto es que no llega a ser profunda la conexión y para ambos puede resultar en un calambre de nalgas.
De lado: Se ven grandiosos en el espejo pero no deja de ser incómoda. El activo no encuentra manera de agarrarse firme así que la penetración se hace débil. El pasivo no tiene mucho qué hacer con sus manos.
Algunos detalles a tener en cuenta:
Ángulos incómodos: Especialmente si no hay suficiente relajación o lubricación. Pueden generar molestias en la zona genital y dificultar la penetración.
Presión excesiva en el pene: Algunas posiciones pueden ejercer presión excesiva en el pene, lo que podría resultar doloroso.
Fricción excesiva: Especialmente sin el uso adecuado de lubricantes, pueden causar irritación y molestias.
Dificultad en la penetración: Pueden resultar incómodas y frustrantes.
Esfuerzo físico sostenido: Pueden generar fatiga y malestar. Variar las posiciones y tomarse pausas cuando sea necesario evita la incomodidad prolongada.
Inestabilidad: Pueden resultar incómodas y, en algunos casos, peligrosas. Asegurarse de tener un equilibrio adecuado y cambiar de posición si es necesario es esencial.
La clave está en la comunicación abierta y el respeto mutuo.
Experimentar con diferentes posiciones, ajustarlas según las preferencias de
ambos y mantener un ambiente de confort es esencial para disfrutar plenamente
de la intimidad.